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Taller de Investigación y Tesis. Teoría y Crítica

REC#12: Entrevista a Marcelo Gálvez

Por Jazmín Caramp y Nicolás Mazzola del Taller de Investigación y Tesis. Teoría y Crítica


4 septiembre, 2021


Conversaciones con juradxs del REC 12° edición.

Conversamos con Marcelo Gálvez: egresado de la Facultad de Artes (UNLP), productor y director de cine y TV, director de Cipriano, yo hice el 17 de Octubre (2011), Bepo (2016) y Los hijos del viento (2020). Este año oficia como jurado para el Premio a mejor cortometraje en la categoría Social y Político de la 12° edición del Festival REC.



Taller de Tesis (TT): ¿Es la primera vez que participás en el REC? ¿Y como juradx? ¿Por qué creés que te eligieron?

Marcelo Gálvez (MG): Es la primera vez que participo como jurado en el Festival REC, me da la sensación de que fui convocado para esta categoría porque tiene que ver con los ejes temáticos que suelo trabajar en mis películas.

Fui parte de otras ediciones del Festival, allá por 2010, algunas de ellas ligadas al cine platense y a las formas de producción. En ese momento estaba produciendo un ciclo que se llamaba Cine Regional, donde se emitían en el canal Somos La Plata distintas producciones audiovisuales producidas en un marco regional o universitario. También di charlas sobre cine político argentino, sobre todo lo que fueron los movimientos de Cine Liberación y Cine de la base, a fines de los 60 y principios de los 70. Mi participación como realizador se dio con la proyección de Cipriano, yo hice el 17 de octubre (2011), en la sala Piazzola del teatro argentino durante el Festival REC del año 2012.


TT: Teniendo en cuenta que estás involucrado en espacios de docencia en la facultad y otros adyacentes, ¿cómo consideras que tu experiencia como realizador y profesor contribuye al festival? ¿Cómo se articulan estos dos roles?

MG: Creo que una de las razones por las que me convocan también es por mi experiencia como docente de la Facultad de Artes, donde dicto desde hace varios años clases en la cátedra de Guion III, y a su vez como docente doy un taller de experimentación audiovisual en la Universidad Nacional de las Artes. Todas estas actividades me permiten estar sobrevolando proyectos realizativos de alumnas y de alumnos, y de alguna manera comprender el carácter de ensayo de muchas de esas obras, sus búsquedas, sus intenciones de experimentación, de indagación de nuevas formas narrativas, visuales o sonoras. Me parece que eso me va a aportar un plus a la hora de pensar la evaluación de las obras.

Por otra parte, en relación a esta categoría sobre cine social y político, mi obra audiovisual siempre tuvo algún anclaje, una mirada, en relación a un posicionamiento político, ya sea en la primera etapa donde realicé documentales a partir de la serie La Mirilla (2001), en la que describimos distintas problemáticas sociales desde una mirada particular y nos vinculamos con comunidades que estaban aisladas del mundo del consumo. Por ejemplo Cipriano, yo hice el 17 de octubre (2011), que refiere a los inicios del peronismo, o Bepo (2016), otro largometraje que se sitúa en la década infame y se construye a partir de una perspectiva libertaria.

Me parece que entre las posiciones de docente y de realizador, artículo mis miradas, estos dos saberes con los que vengo trabajando desde hace ya muchos años.


TT: Respecto a la categoría social y político: ¿qué factores de una obra audiovisual te parecen relevantes a la hora de ser jurado?

MG: En cuanto a los factores que me parecen interesantes en una obra audiovisual, pensando en los términos de la categoría que estoy trabajando como jurado, les podría decir que lo que más me interesa es cómo se articula una concepción estética con una mirada política. Cómo, de alguna manera, se renueva la mirada social o la mirada sobre lo que nos rodea, sobre la realidad, desde un punto de vista personal. Esas son aristas o cuestiones que me parecen claves a la hora de pensar la evaluación de un trabajo en este marco. Me interesan las películas que muestran un posicionamiento crítico sobre la realidad que representan.


TT: ¿Cuáles son tus expectativas de los cortometrajes en competencia? ¿Qué esperás encontrar en ellos?

MG: Con respecto a las expectativas, me genera mucha curiosidad esta idea de recorrer a través de los cortometrajes distintas miradas sobre Latinoamérica, sobre nuestro continente, donde escasean las posibilidades de cruzar trabajos entre estudiantes de distintas universidades e incluso entre docentes, y donde se hace difícil la visibilidad de películas producidas en marcos académicos universitarios u otros independientes y autogestivos.


TT: ¿Cómo ves el escenario actual de la virtualidad en relación con otras ediciones del festival? ¿Cómo se han enfrentado y/o adaptado a esta situación?

MG: Me parece que a la hora de pensar esta nueva edición del festival, en términos de la virtualidad, lo primero que se me ocurre es decir que extraño mucho la sala de cine, por varias cuestiones. Me parece que la sala cinematográfica es un lugar de encuentro, la hermosa sensación de salir y después de ver una película, charlar y debatir con amigas o amigos. Extraño el ritual de sentarse en la butaca, esperar que se apague la luz y disfrutar el recorrido de una película, es algo que la pandemia nos ha quitado y que espero, si bien ya hay cierta apertura en la salas, se pueda normalizar y que la circulación de películas tampoco se vea afectada por esto.


Me interesan las películas que muestran un posicionamiento crítico sobre la realidad que representan.

TT: En tu caso, ¿en qué aspectos afectó la pandemia en el día a día en la realización de proyectos?

MG: Me parece que la pandemia potenció algo que ya se venía desarrollando desde hace un tiempo, que es el trabajo con archivos, a partir de las posibilidades que da el formato digital. Esta figura del cineasta de archivo encontró, en el marco de este proceso que atravesamos todos, la posibilidad de un desarrollo mayor. Por cuestiones obvias ante la imposibilidad de salir a rodar, muchas personas decidieron abordar aquellos registros que habían quedado o registros de otros, y eso abrió un campo de posibilidades que me parece muy interesante porque tiene que ver con la resignificación de otras películas u otros videos gestados en otras condiciones de producción, en otros contextos, pero que se pueden resignificar a partir de ahora.


TT: ¿Estás trabajando actualmente en alguna producción o realización? ¿Qué proyecciones a futuro tenés?

MG: En el marco de la pandemia estrené una película que se llama Los hijos del viento (2020), realizada a partir de un enorme archivo fotográfico del artista plástico Martín Barrios, que también es profesor de la carrera. Fue de alguna manera una forma de abordar esta cuestión que les mencionaba en la respuesta anterior, del trabajo con imágenes ya gestadas, en este caso con imágenes fijas, fotografías. Actualmente me encuentro en el desarrollo de un proyecto cinematográfico que tiene que ver con la investigación sobre la obra de un cineasta universitario vinculado a nuestra carrera. Este trabajo deriva de un proceso de investigación con el que me encuentro trabajando en el doctorado en arte que estoy cursando en nuestra facultad.

TT: Para terminar, ¿qué significa para vos, como trabajador y apasionado del cine, el festival REC?

MG: Creo que el REC es un lugar de encuentro de toda la comunidad cinematográfica platense y regional, es una puerta abierta hacia cinematografías de distintos lugares de nuestro continente; y además, un espacio de formación donde se presentan investigaciones y trabajos de distintas características que nos permiten, justamente por esta apertura, la oportunidad de mostrar y debatir sobre todo los que estamos haciendo. Me parece que es un espacio a cuidar y con el que siempre, como cineastas surgidos de la carrera, deberíamos colaborar.


Marcelo Gálvez: egresado de la Facultad de Artes (UNLP), productor y director de cine y TV, actualmente trabaja en el canal de TV Somos La Plata y ejerce como docente universitario en la FDA y en la UNA. Entre sus realizaciones, se destacan Cipriano, yo hice el 17 de Octubre (2011), un film épico-obrero que indaga los inicios del peronismo, Bepo (2016), donde explora el mundo de los crotos libertarios, y Los hijos del viento (2020), una reflexión acerca de los registros fotográficos del artista Martín Barrios.


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